Acogida
Relatos
Principio
Anterior: Amazonas
Ya que el Amazonas (llamado Solimoes por los Brasileros), serpentea a través de tierra plana pantanosa, el sol ecuatorial (nosotros estamos a únicamente 2 grados al sur) evapora toneladas de agua hacia la saturada atmósfera carente de viento. Todo es tan caliente, húmedo y pesado que el agua parece una crema café gruesa y floja aún si realmente está fluyendo bastante rápido.
Las nubes empiezan a acumularse mientras que los colores calientes del sol de la tarde se añaden a la belleza de este gran río.
Un primer trueno anuncia que una tempestad está amenazando.
¡La vida continúa sin preocupación a bordo del Don Manoel. No hay mucho qué hacer para vencer al calor y pasar el tiempo, algunos toman cerveza y miran la TV satelital del bar en el piso superior, algunos miran la selva, otros charlan, unos pocos leen pero la mayoría únicamente toma una siesta en sus hamacas.
Este pequeño mono está dando una diversión de bienvenida a mi amigo César Fonseca y a mí mismo. César fue una buena compañía ya que era uno de los pocos abordo que hablaba español. Había también una pareja sueca, ellos hablaban inglés y fueron lo suficientemente amistosos pero pasaron la mayoría del tiempo acostados de espaldas leyendo en sus hamacas!
Aquí dejamos un par de pasajeros y tomamos todavía más bananos. Yo miré y disfruté hablando inglés con un comerciante de ropa libanés quien después de Manaos, se iba por tierra de todos modos a Saġ Paulo en el sur.
Tuvimos unos pocos buenos chubascos antes de llegar aquí pero después de Boa Fonte (Buena Fuente) llovió y tronó por un día y medio hasta acercarnos a Manaos.
Una pausa en la tempestad me permitió tomar esta telefoto de un bote que iba aguas arriba y abrazando la orilla para evitar la corriente mientras íbamos a gran velocidad por en medio del río.
Cortinas de plástico se tendieron cuando la lluvia se hizo pesada. Luego, hubo aún menos que hacer, no observación del bosque y nada de mirar TV con una cerveza porque el bar en el piso descubierto tuvieron que cerrarlo.
La salida del sol después de 36 horas de tormentas y lluvia fuerte.
Se supone que la pesca es buena después de la tormenta, aún con redes, Esta foto muestra bien la enorme cantidad de vegetación arrancada y llevada aguas abajo por el Solimoes.
Había más tráfico una vez que nos acercamos a Manaos. Aquí, los botes de río reemplazan trenes, buses, carros y bicicletas para no mencionar caballos y burros!
Finalmente alcanzamos la confluencia del Río Solimoes con el Río Negro. El encuentro de las aguas es claramente definido ya que los dos ríos fluyen lado por lado en lo mismo lecho sin mezclarse por varios kilómetros.
Note como el Río Negro se ve negro comparado con el Solimoes que parece una amarilla sopa de guisantes.
Usted puede ver un barco grande que navega por el ocxéano anclado detrás de este bote de río tratando de competir con nosotros en Manaos (Nosotros ganamos).
