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El Patrimonio Español
y la Democracia

 

No puedo evitar notar que "el gobierno del pueblo por el pueblo" que es el principio básico del proceso democrático, parece ser más difícil de establecer en países de tradición católica que en los de patrimonio protestante. Particularmente los que tienen patrimonio católico español.

Los conflictos religiosos violentos que sacudieron a Europa después de la Reforma protestante del siglo XVI, pasaron por alto a España en su aislamiento peninsular. La creencia protestante de que el hombre puede ser oído directamente por dios sin la intercesión de sacerdotes aprobados por la jerarquía de la iglesia, tenía pocas oportunidades de contaminar las mentes españolas sujetas a la vigilante Inquisición. España tampoco fue influenciada en gran manera por el concepto de Locke de "los derechos inalienables del hombre" o del llamado de Rousseau para el "contrato social" que se expandió por Europa a fines del siglo XVIII.

En España, toda la verdad venía de Dios, a través del Papa y la jerarquía de la iglesia católica, y todo el poder pasaba desde arriba a través de la Monarquía y sus delegados. Los privilegios de la Iglesia y la nobleza eran dados por Dios, por lo tanto, indiscutibles.

Mientras la monarquía absolutista de España y el clero despilfarraban las riquezas que extraían de su monopolio comercial con sus colonias, el resto del mundo entró a la era de la ilustración, que llevó a la Revolución Francesa y la Guerra Americana de Independencia. En el siglo XVIII, Carlos III expulsó a los jesuitas conservadores e intentó establecer reformas en favor del desarrollo de una clase burguesa en España, pero fue "muy poco, muy tarde". Después de la Revolución Francesa y la ocupación de España por Napoleón, se emitió una constitución liberal por parte de Cortes, pero Fernando VII la revocó, reinstituyó la Inquisición y trajo a los jesuitas de regreso. España perdió su oportunidad y la lucha entre los conservadores en pro del clero y los liberales anticlericales se convirtió en una característica de la cultura española.

Los colonos nacidos en América o criollos, quienes tomaron del poder de los representantes de la corona española nacidos en la península, tuvieron el ejemplo de la Revolución Francesa y la Revolución Americana, pero habían estado aislados de las tendencias mundiales del pensamiento y no participaron del desarrollo de los valores humanos y sociales que llevaron a estos eventos trascendentales. Como nunca habían experimentado nada más que el gobierno autocrático del Rey y la Iglesia, no es de sorprenderse que adoptaran los mismos valores y estilo de los que reemplazaron al independizarse de España.

Por lo tanto, el Catolicismo Absolutista Español del siglo XVIII preparó el camino para los caudillos, dictadores y juntas que han invadido todas las ex-colonias españolas. El pueblo aceptó tradicionalmente que el poder viene de arriba de la pirámide, porque eso les habían enseñado por generaciones. Y tienen el ejemplo perfecto de que toda la verdad fluye hacia abajo en la pirámide de la jerarquía de la iglesia desde el infalible Papa por los arzobispos, obispos y sacerdotes. Además, se les ha enseñado que no pueden comunicarse con Dios directamente y que son dependientes del sacerdote para que perdone sus pecados por medio de la confesión.

El rechazo de este respeto abrumador por las autoridades de la Iglesia fue radical naturalmente cuando ocurrió y llevó a la inestabilidad, porque no estaba controlado por la experiencia de ver que el poder se derive de un consenso a nivel de la raíz.

Personalmente, no creo que sea una coincidencia que la democracia en las ex-colonias españolas sea tan diferente de la democracia de los países predominantemente protestantes, donde el poder no es dado por Dios.

Sólo compare por un instante lo que significa la democracia para los canadienses, americanos, noreuropeos a lo que significa para los mexicanos cuyo Partido Revolucionario Institucionalizado ha estado en el poder desde 1910, o para todos los demás latinoamericanos cuyos países han estado gobernados por dictadores o juntas militares en uno u otro tiempo. Es difícil no ver diferentes niveles de disparidad social en los dos grupos de países. Tampoco es posible hacer ojos ciegos al alto nivel de corrupción que se encuentra a veces aprobado en los países con herencia del Catolicismo Absolutista Español. Los privilegios y la corrupción de Marcos en las Filipinas no son extraordinarios en ese contexto.

 


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