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Después de un día para romper el hielo y visitar lugares de interés en Beijing volamos a Harbin, la capital de Heilongjiang, donde fuimos calurosamente recibidos por el Comité Revolucionario Provincial.
Se nos dio un tratamiento especial como compañeros ciudadanos de su héroe Norman Bethune , el doctor canadiense que proporcionó valerosamente sus servicios médicos durante la larga marcha con Mao. Casi todos los chinos que conocimos mencionaban reverentemente a Bethune. Fue embarazoso porque los miembros de la delegación no sabíamos más acerca de él que lo que había sido mencionado en nuestras reuniones informativas.
Nos quedamos en esta casa de huéspedes del gobierno donde nuestros anfitriones nos recibieron con nuestro segundo banquete de estado.
Los banquetes chinos de estado eran asuntos impresionantes. Un número igual de chinos compartía mesas redondas grandes con nosotros para estos eventos gastronómicos que duraban desde las ocho hasta la medianoche. Nuestros compañeros de mesa llenaban nuestros platos con los más finos bocados desde el centro giratorio de la mesa y con frecuencia proponían brindis con la más ardiente especialidad china el Mao Tai (60% alcohol).
¡Estuvimos sometidos a ocho banquetes de estos en tres semanas... suficientes excesos como para un año!
De alguna manera nos las arreglamos para levantarnos temprano con el fin de pasar el día siguiente visitando el gigantesco yacimiento petrolero de Daquing del cual se conocía muy poco por fuera de China en ese entonces. Fuimos los primeros occidentales en visitarlo.
Incluso su ubicación exacta, dos horas en tren desde Harbin, era desconocida.
El llano Heilongjiang es una región de trigo como las llanuras occidentales de Canadá.
T La gente, sin embargo, era reagrupada en brigadas de trabajo en pequeñas comunidades con un nivel de vida mucho más bajo en lugar de ser aislados en cómodas granjas, muy dispersas como en Manitoba, Saskatchewan y Alberta.
La imagen popular de la comida china siempre incluye arroz porque la abrumadora mayoría de inmigrantes chinos en todo el mundo venían de las superpobladas provincias del sur donde a menudo pueden ser producidas tres cosechas de arroz cada año.
En el norte, se cultiva el trigo y no el arroz y los fideos son el alimento básico.
La explotación petrolera empezó con asistencia soviética en los años 50, los chinos la continuaron exitosamente y descubrieron el primer yacimiento un poco después de la partida de los rusos en 1959.
Los equipos que trabajaban en el extenso yacimiento petrolero de Daqing fueron dispersados en pequeñas comunidades en lugar de haberlos concentrado en una gran ciudad del auge petrolero como lo hubieran sido en occidente.
Los chinos fueron muy reservados con respecto a su gigantesco descubrimiento en parte para evitar despertar el interés ruso (Blagoveshchensk a orillas del Amur está sólo a 400 kms de Daqing).
El "Comité Revolucionario" local nos dio la bienvenida y nos mostró los alrededores. Aquí y en todas partes, el lema en 1973 era "Desarrolle la iniciativa y mantenga la independencia".
El yacimiento ya era conocido por ser un gigante con más de 1000 pozos de producción cuando lo visitamos en 1973.
La descentralización estratégica estaba a la orden de día para asegurar el mantenimiento de la actividad económica local en el caso de que partes del país fueran invadidas.
De acuerdo con esta estrategia, el material de tubería, las tuercas, pernos y muchos otros suministros necesarios eran producidos localmente por pequeñas tiendas poco eficaces como ésta para evitar la dependencia del exterior.
El entusiasmo colectivo se mantenía en un alto nivel por la constante promoción de trabajadores héroes como modelos.
El héroe trabajador Wang Jinxi de Daqing era conocido en toda China como el "Hombre de Hierro" por trabajar largas horas en una temperatura de -30 Celsius hasta que la plataforma de perforación extrajo petróleo en 1960. Mao se refería a él en su lema " En industria, aprenda de Daqing".
El equipo completo de la plataforma se movilizó para darnos la bienvenida en forma ceremonial cuando llegamos a visitar su operación.
Se nos mostró todo lo que había en superficie pero no aprendimos mucho sobre el número y profundidad de los horizontes de producción.
Las instalaciones y los fosos de lodo se ajustaban a las normas para una plataforma pesada como ésta.
Al igual que el piso de la perforadora y sus procedimientos de perforación.
Sin embargo, estábamos sorprendidos de ver que todo este equipo era accionado por motores eléctricos en lugar de los motores de diesel que se usan en todas partes.
Las bombas de lodo también eran accionadas por motores eléctricos.
Esta diferencia condujo a todo tipo de especulaciones sobre la escasez de combustible diesel en relación con la disponibilidad de electricidad en la China, pobre en petróleo pero rica en carbón...
Y aquí está una foto ceremonial de algunos de nuestro grupo con el equipo.
Muchas pistas indican que los líderes chinos se tomaban muy en serio la amenaza de una posible invasión soviética. Las fuentes y las estaciones de bombeo estaban protegidas en bunkers subterráneos como éste y todas las líneas de recolección estaban profundamente enterradas en el campo de Danqing.
La preparación para la guerra también era visible en Beijing donde había sido construida una extensa red de refugios subterráneos. Más tarde se nos permitió visitar una pequeña parte de esta ciudad subterránea.
De Daqing volamos a Tientsin para visitar el yacimiento de Takong (que no estaba protegido tan cuidadosamente) y luego a Shanghai.
